La mascarilla facial es un cosmético que ha vuelto a tenerse en cuenta para el cuidado de la epidermis. Si alguna vez te has preguntado para qué se utiliza o cuáles son sus beneficios, primero se deben enumerar los tipos de mascarillas que hay.
Desde las hidratantes, hasta las purificantes, que consiguen mantener una piel más limpia y sana. También están las calmantes, óptimas para relajar los brotes y reducir la rojez; y, por último, las de efecto flash, que con su acción duradera permiten quitarte unos años de encima.
Sigue estos consejos de belleza para aplicar la mascarilla
Antes que nada, es imprescindible saber que la mascarilla debe aplicarse, al menos, una vez por semana. Al estar formada por muchas sustancias con propiedades, debe establecerse un tiempo entre una y otra, para favorecer la correcta absorción de la epidermis.
El primer paso que se debe dar es la limpieza del rostro, quitando cualquier resto de maquillaje que pudieras tener. Lava tu piel con agua antes de exfoliarla.
Para exfoliar se debe acercar el rostro al vapor, con el fin de dilatar los poros. Una vez dilatados, te aseguras de que los beneficios de la mascarilla serán absorbidos correctamente por tu piel.
Cuando vayas a aplicarte la mascarilla, evitar usar tus manos. Para asegurarte de que estará libre de bacterias, debes usar una brocha especial, preferiblemente con cerdas suaves.
En el momento de aplicarla, expándela por tu cara de abajo a arriba, para evitar apretar tu piel. Ten cuidado con tus ojos, ya que podrían irritarse debido a la mezcla de las propiedades.
Aunque muchas personas se empeñan en extenderla únicamente por el rostro, también se debe expandir por el cuello y el escote, ya que muestran la misma sensibilidad que la cara. Es recomendable aprovechar la misma sesión del cuidado de tu rostro para tratar esas otras partes de tu cuerpo.
Para una excelente absorción, se debe dejar pasar veinte minutos. Una vez transcurrido este tiempo, aclara con agua las zonas de la mascarilla, ayudándote de una esponja. Recuerda evitar el contacto con los ojos.
Enjuaga con agua caliente todas las zonas en las que te la aplicaste. Seguidamente, sécate bien con una toalla. Acto seguido, podrás tratar tu piel con crema hidratante, para darle un toque de suavidad.
Durante toda la semana, deberás usar un tónico, además de la crema para la hidratación de tu epidermis. Podrás repetir todo el proceso cada siete días, sin olvidar todas las posibilidades que puedes encontrar en mascarillas.
Saber aplicarse una mascarilla facial es muy importante para conseguir excelentes resultados. Estos suelen ser visibles instantáneamente, con lo que podrás gozar de una piel suave en muy poco tiempo, recurriendo a un tratamiento que puedes encontrar en tu tienda de belleza habitual.
