Bien se sabe que una de las vitaminas indispensables en nuestro día a día es la vitamina C, la cual no puede almacenarse en el organismo ni se puede sintetizar. Así, la adquirimos con la dieta, predominando en frutas, verduras y diversidad de vegetales, o a través de su forma tópica en cosméticos.
Vitamina C: antioxidante por excelencia
La vitamina C tiene importantes funciones en el organismo cuando se administra. La vitamina C neutraliza los radicales libres producidos por las células en su metabolismo y que pueden dañar a otras células o que pueden producir envejecimiento celular. Si una célula produce excesivos radicales libres y no se neutralizan con antioxidantes (como esta misma vitamina) puede dar lugar al envejecimiento prematuro y, con ello, empeorar prematuramente el estado de nuestra piel. Es por eso que, a día de hoy, se utiliza para el cuidado de la piel.
Frenar el envejecimiento y cuidar la piel con vitamina C
Va a actuar como un cofactor en la síntesis de colágeno, proteína esencial para mantener la elasticidad y “rellenar los huecos” de tu piel. El uso de vitamina C en forma tópica puede llegar a ser 20 veces más potente que utilizada vía oral. No hay que temer ante su exceso ya que, ante esto, el organismo puede desecharla a través de la orina. La vitamina , va a activar las fosfatasas para obtener un compuesto denominado prolina hidroxilasa, tras una serie de cambios en unos compuestos químicos. Así, la prolina dará lugar a la formación del colagéno, una proteína que de por sí se ve disminuida de forma fisiológica y natural al avanzar en edad.
El estrés daña nuestra piel y provoca el envejecimiento y aparición de arrugas prematuramente. Eso se puede comprobar fácilmente en personas que llevan turnos de noche y madrugadas, como su piel se ve más envejecida que otras personas que llevan una vida menos estresante. También, la producción de radicales libres en piel, aumenta cuando una persona toma el sol sin protección, lleva hábitos nocivos como fumar o no se alimenta adecuadamente. Así, la producción de radicales libre, es mayor en personas con vidas más ajetreadas. La vitamina C puede ayudar a detener la acción de estos radicales libres. Además, aumentará la protección en las capas epidérmicas y su regeneración en las dérmicas. Como es una vitamina indispensable para la cicatrización de heridas, podrá intervenir en la mejor circulación y renovación de las células que componen la piel.
En sí, la eficacia de la vitamina C se muestra a la hora de disminuir arrugas, mantener un tono piel y elasticidad óptimas y mantener su firmeza. También, los cosméticos con esta vitamina pueden ser útiles al tratar infecciones dérmicas como acné.
